Análisis de casos de éxito en la gestión de los conjuntos de datos de alto valor: retos y oportunidades.

El estudio: “High-value Datasets Best Practices Report” publicado en Data Europa, trata de ofrecer una guía de buenas prácticas para todos aquellos Estados Miembros de la Unión Europea (UE) inmersos en el proceso de implementación de los conjuntos de datos de alto valor incorporados en la Directiva de datos abiertos (2019/1024). Así mismo, presenta una hoja de ruta útil a través de prácticas exitosas aplicadas en los diferentes Estados Miembros analizados y resume los desafíos comunes a los que se enfrentan.

El estudio se centra en los casos de República Checa, Dinamarca, Estonia, Italia, Países Bajos, Rumanía y Finlandia. Tras analizar el marco legal y las políticas adoptadas a nivel nacional, los modelos de gobernanza y los diferentes aspectos técnicos, así como de calidad de los datos y los nuevos requerimientos impuestos por la imposición de la normativa relativa al establecimiento de conjuntos de datos de alto valor, el estudio concluye con un resumen de las mejores prácticas adoptadas en estos países.

En lo que se refiere a la adaptación del marco político y legal, destacan las iniciativas llevadas a cabo principalmente por Dinamarca y Finlandia, a las que Estonia y República Checa se incorporan en algunos casos. De estas, el estudio destaca prácticas como:

  • el fomento de una cultura de gobernanza que priorice la transparencia en la gestión de datos;

  • adoptar una perspectiva más amplia y un enfoque integral acerca de la regulación, como por ejemplo a través de la implementación de estándares DCAT-AP en el sector público; y

  • priorizar la consecución de objetivos prácticos y alcanzables, identificando los objetivos en función de la importancia y su factibilidad, a fin de optimizar la eficiencia.

En cuanto a la gobernanza, los casos de Dinamarca, Estonia y República Checa sirven de ejemplo, principalmente en lo relativo a iniciativas como la creación de alianzas estratégicas y el fomento de la colaboración con las principales partes interesadas a nivel nacional, lo que implica:

  • la coordinación de esfuerzos a nivel interministerial y entre los responsables de las diferentes categorías de datos;

  • la coordinación con otros Estados Miembros, que permite compartir ideas y soluciones a problemas comunes, habilitando una resolución colectiva de los mismos;

  • la promoción de la sostenibilidad a través de las agencias de responsabilidad individual en cada uno de los conjuntos de datos de alto valor;

  • la promoción de sensibilización entre las partes interesadas y los usuarios a través de la divulgación y la concienciación;

  • la utilización de los datos abiertos para hacer frente a retos y encontrar soluciones;

  • y en último lugar, establecer una robusta infraestructura para la gobernanza del dato, evaluando los recursos disponibles, lo que permitirá una clara comprensión de la normativa, los procesos y responsabilidades necesarias para obtener datos efectivos.

En los aspectos técnicos por su parte, Estonia, Dinamarca y República Checa vuelven a postularse como casos ejemplares. Ello responde a la implementación de prácticas entre las que se encuentran:

  • la priorización de una gestión efectiva de los datos;

  • asegurar la calidad de los metadatos proporcionando un acceso directo a las fuentes;

  • el fortalecimiento de la accesibilidad a los conjuntos de datos de alto valor a través de financiación externa y planificación estratégica;

  • adaptar el modelo de negocio gradualmente a la provisión de datos de libre acceso;

  • y por último la mejora de la oferta en lo que a variedad de formatos de descarga se refiere.

Los casos de países como Italia, Rumanía, Países Bajos, imperceptibles en los ejemplos de buenas prácticas, son utilizados en el estudio para, en gran medida, visibilizar los retos y las dificultades a los que tienen que hacer frente muchos Estados Miembros en sus esfuerzos por adaptar la normativa europea a nivel nacional.  Las dificultades se asocian principalmente a la falta de recursos tanto materiales como técnicos, el diseño de la infraestructura, la falta de homogenización de las técnicas y procesos utilizados en la implementación de las normativas, así como con la falta de alineación con las definiciones legislativas proporcionadas por la UE.

En conclusión, los principales desafíos pendientes que remarca el estudio, se distinguen las restricciones presupuestarias y los procesos de estandarización.

Por último, el estudio concluye con la presentación de una hoja de ruta que se sugiere seguir a aquellos países que encuentren dificultades en la implementación de los requerimientos impuestos por los conjuntos de datos de alto valor. Esta, vendría a marcar los siguientes pasos:

  • desarrollo de un plan de cumplimiento normativo;

  • establecer grupos de trabajo interdepartamentales;

  • llevar a cabo un inventario;

  • entrenar la calidad y estandarización de los metadatos;

  • actualizar la distribución de practicas relacionadas con el tratamiento de datos; mantener una estrecha colaboración con la Comisión Europea;

  • monitorizar y evaluar el progreso;

  • y por último, proporcionar entrenamiento y apoyo constante en todas las fases del proceso.

 

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